Reseña del gastrónomo
Leonela café bistró abrió al público hace unos meses y se ha posicionado con gran éxito en la Colonia Americana, justo donde estaba, también este buen restaurante; Prana organic (mismo que reseñé allá por mayo del año pasado) y que pasó a mejor vida, dando paso a que el grupo que conforma este maravilloso restaurante de mariscos Colomitos (que también tiene su reseña con fecha abril 2021, siendo la #17. Vamos en la 194) abriera este desayunador y panadería Leonela café bistro.
Y pues bien, después de haberlo anotado en lugares por visitar y traerlo ahí durante un par de meses, gracias a comentarios de lectores que me hicieron llegar fotos e ilustraciones, me decidí, en compañía de Viviana mi amiga, a visitarlos y aquí mi paso.
De entrada, pedimos un danés de plato macho $60 es una pieza de pan dulce. Un hojaldre que esconde en tu interior plátano macho y que lo descubres al pasarle el tenedor. De buen tamaño y digno para compartir, que la mañana pintaba para ser larga. Tiene tres besos de dulce de leche que está más que buena y que amalgaman perfectamente con los sabores. Como tip diles que lo pasen por el horno, que frío como lo ofrecen, la verdad es que no denota ni el 30% de lo bueno que es caliente y más que se viene la temporada.
Para iniciar el festín pedimos unas enmoladas de chicharrón $110 las sirven con un plato lleno de color, acuérdate que iniciamos con la vista, en donde 4 rollitos son bañados con este suculento mole; algo dulce, algo picante y coronan con un serpentín de crema, rábano, hojas verdes y tiras de pimiento. En su interior las enmoladas llevan un guiso de chicharrón prensado que tienen mucha textura y su sabor pelea, bocado a bocado, con el mole, en dónde el protagonista eres tú.
Seguimos con unos chilaquiles empipianadados $120 fue sin duda mi plato favorito, en un plato hondo, con una simetría digna de un ingeniero, la mitad tiene unos buenos frijoles y la otro unos sobresalientes totopos de lo más crujientes que he comido. Su masa más gruesa de lo normal hace que queden excelsos. Su sabor respeta su ingrediente principal, la pepita. Que se siente bien dorada para extraer esos aceites naturales y ese perfume que enamora a todo comensal. Tiene tropiezos de puré de aguacate, crema de rancho y queso fresco espolvoreado. Serían el plato ideal si el tamaño del totopo fuera un poco mas chico.
Al final, le entramos a un lonchesito de pato $95 presentado en un birote chico, con su carnita pasada por el mole. De buena textura y sabor. También pídelo caliente porque no muestra su carácter frío. Lo acompañan con suprema de aguacate y adornan con pimientos amarillos como dicen, para dar el gatazo. Hay que ponerle unas gotas de limón para que el sabor suba de nivel y sea la experiencia que toda persona necesita para sonreír todo el resto del día.
¡Sé feliz!
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