Reseña del gastrónomo
Recién cumpliendo un año, Jikko, este pequeño lugar ubicado al fondo de una pequeña plaza por Lomas altas, en lomas del Valle, pasando la iglesia Nuestra Señora de la Salud y, donde está una Farmacia Guadalajara. Con una barra para atender unas 8 personas y un tercio de mesas, ha ganado muchos comensales que de viva voz me lo recomendaron varias veces y por fin acudí después de depurar la lista de lugares por conocer para poder tenerte nuevos lugares que visitar.
Así fue como visité el lugar en compañía de Daniela, y ésto fue lo que ordenamos;
De inicio y para abrir apetito unos buenos edamames ponzu $73 es una entradita de vainas de soya, en realidad edamame significa “alubia en rama” y aquí los cocen al vapor para luego bañar con una salsa de ponzu y sambal, que es esta salsa de picor más bien medio bajo que comúnmente es usada en china e india, que combina varias variedades de chile fermentados. Y la mezcla con el sabor cítricos del ponzu la hace una agradable entrada, llena de umami.
Seguimos con Futomaki spicy tuna (ósea algo así como un rollo como lo conocemos pues) $182 son 5 piezas, futomaki significa gordo. Así que son 5 piezas mas gorditas de los normal, se preparan con alga por fuera, al centro aguacate y atún muy picadito que revuelven con una mayo spicy (sriracha) que preparan en casa. El atún se sentía muy limpio y fresco en su sabor, de spicy muy bajo, pero seguro le puedes añadir chiles toreados a partir del segundo bocado.
Nos llamó la atención, y ordenamos, un Jikko Maki (que también es futomaki) $327 es una receta propia, al menos eso me comentaron. Lleva anguila, tempura de cangrejo suave, pepino y espárrago y una mezcla agridulce de salsa de anguila y sriracha que le da un toque diferente y excepcional, tiene varias capas de texturas que vas encontrando y que es un disfrute al paladar.
Por último, castigamos un nigiri de panza de salmón (salmon belly pues) $87 sin duda fue mi bocado favorito sin dejar sin mérito los platillos anteriores, y es que la sencillez siempre acaba ganando, el nigiri que se conforma de un puñito de arroz, apretado a mano y sobre él una proteína, que en esta caso fue un pedazo de panza de salmón, a la que pasaron el cuchillo, sin llegar al otro lado, para dejar una cuadrícula a la que recorrieron con la antorcha de cocina dejando una marca de doraditos y coronaron, al estilo salt bae, con un poco de sal de grano. En el primer bocado siente ese ahumado profundo que le da la quemada y un sabor inigualable de salmón y el tropiezo de sal. Con un arroz en su punto, se llevó las palmas y la noche.
Tienen un menú de degustación (omakase) de 6 y de 9 tiempos que bien valdrá la pena regresar para probar.
¡Sé feliz!
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