Reseña del gastrónomo
Al compás de una música de los ochenta y en una terraza muy agradable, quedé de
verme con un par de amigos que nos decimos los tocayos, Baruqui y Solerssi, a
desayunar y ponernos al día con la vida. No pudimos haber escogido un mejor lugar,
restaurante Roto. Abierto en marzo del 2024, este gran lugar que se ubica en la esquina
de Av. La Paz y Miguel de Cervantes. Su terraza, a la sombra de grandes árboles, te
invita a quedarte y disfrutar, y si; aunado con una selección de platillos, algunos con sello
propio y otros tradicionales que prometen mucho, convergen las dos razones para que un
restaurante tenga éxito, ganas de quedarte y un sabor que valga la pena.
Así pues, y con tres platillos al centro iniciamos nuestra mañana en Roto. Aquí te platico
nuestra experiencia culinaria.
Primeramente, llegó el platillo mas tradicional, casi el sueño del desayuno americano, el
Grand Slam $195 es el platón que tiene dos huevos estrellados que dejan a tu gusto,
unas buenas tiras de tocino muy crujiente, una dorada pattie de hash brown y por
separado dos hot cakes de tamaño mediano de masa madre. Muy atinadamente los
panes los confeccionan con este tipo de masa, que es fermentada por al menos 16 horas
y que hacen que la digestión sea más ligera, y es que con un desayuno de estos de
campeones, es lo que se necesita. Todo en su punto y de muy buen sabor.
Seguimos muy contentos disfrutando nuestro café de especialidad y le pegamos al lonche
de milanesa $175 en donde casi al mismo tiempo todos lo señalamos a la hora de
ponernos de acuerdo en qué pedir. Y es que se antoja desde que lo lees. La milanesa es
de cerdo, muy bien empanada y frita hasta crujir, con dejos dorados en un pan suave,
fleiman, con una buena base de frijoles negros refritos y unas buenas rebanadas de
aguacate el amalgaman perfecto con la costra de queso en la tapa del lonche.
Acompañan esta real monchosidad con papas fritas de bolsita. Un gran platillo que
ninguno dejo nada para nadie.
Para finalizar con un toque dulce e irnos con una sonrisa, y es que lo dulce siempre
alegra, le entramos como gordos en tobogán, al pan francés $195 este platillo fue el
favorito y eso que le entramos con ganas a los otros, una buena rebanada de pan brioche
de más o menos una pulgada de espesor, muy bien empapada con sus líquidos
(normalmente huevo leche y vainilla y canela) y muy bien sellado en sartén con
mantequilla, coronado con una crema fraiche (digamos nata) espesa y de muy buena
calidad que rompe el empalago del platillo con su sabor suave y delicado y sedosa al
paladar y que rematan con plátanos caramelizados que dan una redondez al platillo. Vaya
hasta las hojas de menta hicieron un buen match con todo. Gran platillo para compartir.
Larga vida Roto.
¡Sé feliz!
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